Aquella muñeca que conocí
Te conocí hace algunos años
y enseguida pude sentir,
que siempre serías parte de mi vida
aunque mi sangre no corre dentro de ti;
Al principio mi afán era protegerte
si te veía triste me entristecías a mi,
cuando tu sonrisa iluminaba tu cara
ese día yo era feliz;
Hoy estás más guapa que nunca
tienes una luz que brilla sin fin,
eres feliz, se te nota,
tus ojos no me pueden mentir;
Muchas felicidades mi niña
no olvides nunca lo que aquí te voy a escribir,
si un día te sientes triste y sola
acuérdate de lo que te voy a decir;
Eres parte de esta familia
aquí siempre puedes acudir,
en busca de ayuda o consejo,
para hablar o solo reír;
Me llena de orgullo cada vez que me llamas tía
me encanta verte sonreír,
eres tan bella por dentro como por fuera
como aquella preciosa muñeca que conocí.