martes, 20 de agosto de 2013

Ayúdanos a luchar



Hola, me presento
no importa mi edad,
si soy niño o niña
mi nombre, ¿qué más da?

Seguro que ya has oído mi historia
mis padres no dejan de luchar,
para que no caiga en el olvido
y por fin me pueda curar;

Da igual si es por un bicho
o por una rara enfermedad,
todos dicen que soy valiente
porque no me asusta el hospital;

Soy ese niño que lucha por su vida
aquella niña que quiere volver a andar,
o aquel que sin saber decir ni una palabra
te ruega que vayas a donar;

Se que están muy preocupados
hoy vi llorar a papá,
me dice que le escuece el ojo
pero a mi no me puede engañar;

Hago una broma para que se ría
y le pregunto que si podemos jugar,
veo que se le ilumina la mirada
y su tristeza logra disimular;

Hay días que me duele mucho
pero no me quiero quejar,
hasta que el dolor me aprieta tanto
que ya no puedo más;

Tengo amigos que ya se fueron
que esta guerra no la pudieron ganar,
pero sus padres siguen luchando
cuando solo tienen ganas de llorar;

Por todos los niños enfermos
para que no vuelva a pasar,
que unos padres se sientan indefensos
porque no compensa investigar;

Y a los señores que mandan
les quiero suplicar,
que el dinero no sea quien decida
a quien es mejor salvar.



La historia de tanta gente...

La triste realidad


Estamos en un callejón sin salida
no nos quedan lágrimas que derramar,
nuestro mundo se derrumba
y no vemos luz al final;

Empiezo por el principio
tal vez así comprenderás,
por qué siento esta impotencia
y estoy a punto de reventar;

Siempre tuve claro mi futuro
desde que terminé de estudiar,
llevaba diez años en la empresa
me encantaba ir a trabajar;

Adoraba llegar a casa
cuando mi niño me venía a abrazar,
mi cansancio desaparecía si me decía:
"Papi, vamos a jugar"

Un día me encontré a mi mujer llorando
porque se acaba de enterar,
que por estar embarazada la echaban
la abracé y le dije: "Lo vamos a superar"

Así pasaron los meses
gastando lo imprescindible intentamos ahorrar,
hasta que pasó lo que más temía
y el jefe me mandó llamar;

Me dijo que lo sentía
pero me tenían que echar,
que siempre hice bien mi trabajo
pero mi puesto lo iban a eliminar;

Intenté convencerlo
no me importó suplicar,
pero la decisión estaba tomada
ya no había marcha atrás;

Esa noche hablamos durante horas
sabíamos que nos iba a costar,
pero con esfuerzo saldríamos adelante
un nuevo trabajo confiaba encontrar;

Pasaron los meses, volvimos a ser padres
miré a los tres sin dejar de llorar,
me juré que agotaría hasta mi último aliento
nada les iba a faltar;

Me levantaba al alba cada día
y hasta la noche no dejaba de buscar,
pero todos me decían que me llamarían
y las puertas se volvían a cerrar;

Se agotaron el paro y las ayudas
las facturas se empezaban a acumular,
tuvimos que decidir que comieran los niños
y al banco dejamos de pagar;

Ayer nos llegó la notificación del juzgado
en una semana nos van a embargar;
cómo decirle a mi niño que nos quedamos en la calle
que no somos los héroes que le gusta imaginar;

Caminé sin rumbo durante horas
sentía que la cabeza me iba a estallar,
pensé en cometer una locura
pero una fuerza inexplicable me hizo parar;

Llegué a casa y abracé a mi familia
lloré como no lo había hecho jamás,
mi niño me miró y me dijo:
"Tu siempre lo arreglas todo papá"

Cómo decirle que su futuro no esta en nuestras manos 
 no podemos casi ni respirar,
 vivimos pendientes de un milagro
que nos tienen que ayudar;

Y lo peor es que no somos los únicos padres
que esta noche no podrán contestar,
cuando vuelva a despertarse llorando y preguntando
¿Comeremos mañana, papá?