Ángeles en el ocaso
Déjame que te hable de su trabajo
no se si sabré las palabras que puedan explicar,
todo lo que significa ser una "limpiaculos"
como despectivamente las suelen llamar;
Ellas son las que les dan los buenos días
con una sonrisa siempre al despertar,
las que los asean para que la dignidad no la pierdan
que no haya nada que los pueda avergonzar;
Las que atienden pacientes a mil historias repetidas
como si fuera la primera vez que las van a escuchar,
quienes ahuyentan el nubarrón que la enfermedad expande
para anclarles lo máximo al presente que no pueden recordar;
Las que multiplican por cinco los pocos medios de los que disponen
frustrándose cuando a todo no pueden llegar,
las que sufren golpes e insultos que esos nubarrones escupen
y se tragan sus lágrimas porque son las que tienen que consolar;
Y aún así reparten un cachito de su alma
sabiendo que no la van a recuperar,
que cuando el final inevitablemente llegue
cada uno de ellos se lo va a llevar;
Y otra alma antigua ocupará su sitio
otro ser humano al que ayudar
a transitar por el ocaso de su vida
los ángeles que los acompañan a caminar;
Me preguntas que si es tan duro por qué lo hacen
y yo te digo si no lo hacen ellas quién lo hará.
se necesita tanta paciencia, fuerza y empatía
que no todo el mundo lo puede soportar;
Pero no creas que no reciben nada a cambio
tienen el corazón tan lleno a punto de explotar,
con cada sonrisa que reciben a diario
y palabras bonitas de los que aún se pueden explicar;
El agradecimiento del familiar que se sentía solo
la satisfacción de a los vulnerables poder ayudar,
la mirada agradecida del que aún se aferra a esta vida
la caricia amorosa de la que no puede hablar;
Así que sí, son "limpiaculos" orgullosas
saben que tienen algo difícil de encontrar,
porque es más fácil enseñar al bebé que comienza su camino
que al anciano que pronto lo va a acabar.
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