Lo conocí cuando era muy pequeño
acurrucadito en la puerta de mi portal,
de grandes orejas y ojos marrones
que no me dejaban de mirar;
De patas largas y pelo negro
el cachorro más bonito que vi jamás,
y en el momento que se acercó a olerme
supe que no lo podía abandonar;
Pregunté por el barrio si lo conocían
si tenía un dueño que no lo dejaba de buscar,
y al ver que nadie lo reclamaba
lo decidí adoptar;
Sabía que no iba a ser fácil
que mi padre lo llegara a aceptar,
nunca le gustaron los animales
pero me dejó después de mucho suplicar;
Venía a despertarme a mi cama
nos encantaba ir juntos a pasear,
me despedía en la puerta cada mañana
y ahí estaba cuando llegaba de estudiar;
No se por qué ni cuando me di cuenta
algo le había hecho cambiar,
me recibía contento como siempre
pero no se separaba de mi mamá;
Gruñía si se acercaba mi padre
no se que le podía pasar,
parecía como si no lo conociera
y fuera un extraño más;
De repente todo eran gritos
mis padres no dejaban de pelear,
todo acababa con un insulto de mi padre
y mi mami echándose a llorar;
Llegó un día en el que mi madre ni hablaba
él no había regresado de trabajar,
mi perrito andaba nervioso
y yo no sabía cómo actuar;
Llegó pegando un portazo
nunca lo había visto igual,
decía palabrotas y nos insultaba
mientras casi no podía ni andar;
Nunca había pasado tanto miedo
y cuando mi mami lo intentó tranquilizar,
le agarró fuerte de los brazos
y con rabia la empezó a golpear;
Le chillaba que no valía nada
que era la culpable de su infelicidad,
que era una mala madre
que sólo servía para limpiar;
Me lancé a su cuello para pararle
casi sin aliento le empecé a pegar,
pero se rió de mi poca fuerza
y de un manotazo me tiró para atrás;
Sin saber cómo algo pasó corriendo
y con furia se puso a ladrar,
gruñiéndole para que se marchara
para que nos dejara en paz;
Le pegó una fuerte patada
que lo lanzó contra un cristal,
le oí como lloraba dolorido
y su cuerpo comenzó a sangrar;
Pero pudo más su amor que el miedo,
con mucho esfuerzo se logró levantar,
y olvidó su dolor y sus heridas
y pensó solo en su lealtad;
Le miró fijamente, desafiándolo
soltó un rugido que no había escuchado jamás,
se colocó delante nuestro enseñándole los dientes
hasta que lo hizo escapar;
Lo llevamos corriendo al veterinario
esperando que lo pudieran curar,
y aunque nos dijeron que no lo haría
yo sabía que lo iba a superar;
Hoy mis amigos me dicen que por qué lo tengo
que hay perros más bonitos y de menor edad,
y yo les digo tengo al mejor de todos
al héroe de mi vida,al más especial;
El que me da todo sin pedir nada a cambio
que me anima cuando me ve mal,
el que a pesar de todo lo que ha sufrido
nunca me lo va a reprochar;
Y se que el día que me falte
una parte de mi se irá detrás,
porque mi perro si que es mi mejor amigo
el único que es incondicional.