Para mi madre, para mí la mejor de todas, y para todas esas madres que se lo merecen.

El arte de amar

Jamás encontraré las palabras justas para describirte

ni lo que te mereces te podré regalar,

a tu lado hasta la rosa más bonita parece solo hierba

a tu lado no existe joya que pueda brillar;

Robas de tu tiempo para regalarlo

abres tus alas gigantes para abrazar,

si tu quieres es para siempre

ni quien tiene mala sangre te ha podido cambiar;

Conviertes tu delicada piel en armadura

defendiendo a los tuyos si algo los quiere dañar,

como la feroz loba que defiende a su manada

ni el miedo ni el cansancio te impedirá pelear;

Cuidas con mimo a tus débiles y enfermos

encontrando las palabras justas para consolar,

alumbrando con tu luz a quien se va apagando

cobijando ese corazón herido que solo tu puedes sanar;

Sonriendo iluminas un día triste

riendo sanas a un alma que no deja de llorar,

si tú caes los demás nos sentimos perdidos

como un reloj suizo sin la pieza que lo hace girar;

La mejor mujer, madre y abuela

la tía, hermana, cuñada que siempre te va a cuidar,

esa vecina que siempre tendrá una palabra amable

esa que si la necesitas siempre te va a ayudar;

Quien te conoce se acaba enamorando

saben que no hay en el mundo otra persona que se pueda comparar;

te miran incrédulos como si no fuera real que existes

como si hubiera un truco que no quisieras enseñar;

Yo les digo que tu eres la persona más buena y generosa

que jamás haces trampas porque no te gusta engañar, 

tu corazón bombea la sangre más pura que existe

porque mamá solo tú conoces el arte de amar.